Hace un par de meses recibimos la visita de una compañera de la Republica Checa que, mediante la metodología del “job shadowing”, conoció los proyectos que llevamos a cabo desde el Servicio Municipal de Prevención Comunitaria participando en algunos de ellos, una experiencia enriquecedora en la que una visión externa siempre acompaña a la reflexión y sobre todo a poner en valor aspectos de nuestro trabajo diario que a veces pasan desapercibidos. Tras esta visita, y ya con procesos reflexivos abiertos, este pasado mes he tenido la gran suerte de poder viajar a la Republica Checa como representante de Prevención Comunitaria y de Hondarribia para poder conocer diferentes proyectos educativos y la realidad del trabajo de calle fuera de nuestras fronteras.
Este intercambio Europeo ha sido organizado por el CAS ( Cesca Asociase Streetwork) con el objetivo de analizar e intercambiar buenas prácticas entre profesionales Europeos en educación de calle. El equipo de Euskadi no ha sido el primero visitar la Republica Checa, ya que países como Alemania, Austria o Portugal entre otros también han participado en el intercambio anteriormente, lo cual ayuda a hacernos una idea de las dimensión del proyecto en el que hemos tenido la suerte de participar.
Durante una semana, junto con compañeras de Gasteiz, Iruña y Huesca he tenido la oportunidad de conocer diferentes organizaciones dedicadas al trabajo de educación de calle con diferentes colectivos.
Proxima Sociale, Laxus, Neposeda y Prostor Plus han sido las organizaciones que nos han abierto sus puertas brindadnos la oportunidad de acercarnos a su realidad y al trabajo que realizan día a día. Yo en concreto tuve la oportunidad de visitar las organizaciones Proxima Sociale, Laxus y Neposeda.
Junto con Proxima Sociale tuvimos la oportunidad de visitar un club joven, un espacio similar al Gazteleku en medio de un gran parque más parecido a un bosque. Pudimos ver un área de juegos, con un pequeño skate park. Nos dijeron que era “ilegal”, un espacio construido por los jóvenes que en cualquier momento podría desaparecer. Los parques allí, puntos de encuentro para jóvenes, se parecen más a lo que aquí consideraríamos un espacio boscoso. Nos llama la atención la actividad de los y las jóvenes de la zona y la capacidad de crear espacios donde sentirse a gusto y poder practicar deporte o skate, siendo la juventud el mayor agente de cambio del barrio.
Laxus nos brindó la oportunidad de conocer la Republica Checa rural, saliendo de Praga para visitar pueblos tranquilos de dos o tres calles. La población a la que se dirige la organización son consumidores de droga. Junto con la organización realizamos intercambios de material sanitario como medida de reducción de riesgos. Podríamos decir que es una brigada móvil, los y las profesionales no son educadores de calle, si no educadores de campo. La media de kilómetros realizados al día es de entre 170 a 200 para poder llegar 13 pueblos a lo largo de la semana, esto hace que la intervención que llevan a cabo esté muy limitada por los tiempos. Los educadores y educadoras nos trasladaron una reflexión que llevan haciendo hace poco tiempo y es el de el buen uso de las redes sociales como acercamiento a los usuarios. Sobre todo teniendo en cuenta la realidad con la que tienen que trabajar ya que los kilómetros de distancia veces entorpecen la calidad del servicio. Reticentes a utilizar estos canales, se han dado cuenta que haciendo un buen uso de ellas están llegando a más gente.
A las afueras de Praga, pudimos visitar el “Autobus Club” de la organización Neposeda, situada en barracones debido al mal estado en el que se encontraba el edificio donde se situaba anteriormente. La situación actual del club, hará que sea imposible que pueda mantenerse abierto en invierno, y es que la Praga real, la de los distritos en lo que viven los habitantes de la ciudad es totalmente diferente a la Praga turística a la que estamos acostumbrados.
Esta organización con un carácter comunitario muy fuerte ha trabajado conjuntamente en más de una ocasión con grupos de jóvenes del barrio para poder crear espacios dónde se puedan sentir a gusto y generar recursos públicos para el propio barrio, como es el caso de “dirty” un proyecto que surgió mediante la idea de un grupo de jóvenes bikers que no tenían dónde practicar este deporte. Estos jóvenes junto con los educadores y educadoras de Neposeda desarrollaron un proyecto para poder crear un parque que se pudiese destinar a este deporte. Tras recibir una subvención fueron los propios jóvenes los que construyeron el parque y las estructuras necesarias.
Tras visitar todos los proyectos y haber sido acogidos por diferentes organización el equipo de Euskadi abrimos un proceso reflexivo, y es que nuestra historia y bagaje cultural crea la base sobre las relaciones que construimos y las intervenciones que desarrollamos. Nos sorprendió la palabra “anónimo” que escuchamos en todas las organizaciones y proyectos que visitamos. Este anonimato hacía que los educadores en muchos casos desconocieran la realidad de los y las jóvenes, incluso sus apellidos, un respeto al espacio del otro que desde nuestra perspectiva de trabajo de calle nos parecía chocante.
Todo esto nos hace reflexionar sobre la diferencia del espacio que necesitamos las personas que crecemos en diferentes culturas y ambientes, y la influencia que tiene nuestra historia en ellas. Tanto nuestra historia personal como la historia colectiva. A raíz de todo esto yo personalmente enlazo una de las observaciones que recibimos por parte de nuestra compañera Checa cuando nos visitó, que se sorprendió al ver la cercanía de las relaciones que se construyen, la expresión, el contacto… Algo totalmente impensable en su país, y algo totalmente necesario aquí, ya que consideramos que desde la relación se construye cualquier proceso de cambio.
Otra de las observaciones en la que todas coincidimos es el poco trabajo en red ( casi inexistente) que normalmente se daba en todas las organizaciones que visitamos, algo que parece un punto a mejorar en la propia profesión.
Una experiencia que nos ha servido para abrir procesos de reflexión y espacios de debate, pero sobre todo para poner en valor aspectos de nuestro trabajo.